Centros educativos, sistema de salud y adultos de confianza: ámbitos donde los niños pueden hablar sobre situaciones de abuso

 Centros educativos, sistema de salud y adultos de confianza: ámbitos donde los niños pueden hablar sobre situaciones de abuso

María Elena Mizrahi, directora del Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia (Sipiav), dijo a Así nos va que la mayoría de las situaciones de abuso sexual infantil se desarrollan en el entorno familiar y destacó la necesidad de generar espacios donde los niños se sientan seguros para poder hablar al respecto.

Dos adolescentes de 16 años, primos entre sí, fueron imputados por violar a dos niñas de 11 y 12 años, que también eran familiares directos de los agresores: la más chica fue violada por su primo y quedó embarazada, la otra fue sometida por su hermano.

La investigación comenzó en agosto, pero la formalización se demoró porque la fiscal Estela Long estaba a la espera de las pericias psicológicas, según informó El Observador.

María Elena Mizrahi, directora del Sipiav, indicó a Así nos va que el sistema trabaja de forma articulada con otros actores cuando se detecta una situación de abuso o de violencia. “En este caso se trabajó articuladamente con el sector salud, que lo detecta, Inau que evalúa la situación familiar y el Poder Judicial, que son tres actores clave en estas circunstancias”, señaló.

“Cuando van al médico y se detecta la situación las niñas lo pueden decir”, destacó Mizrahi y subrayó la importancia de que los adultos generen espacios de confianza donde los niños se puedan expresar. “El tema son los ámbitos que los adultos damos a los niños para poder decir, para nosotros los ámbitos privilegiados son el sector salud, los centros educativos, y algún referente adulto de confianza de la familia”, dijo. La directora del Sipiav explicó que en muchos casos los abusos son naturalizados en ambientes de violencia, y la verbalización en espacios de confianza es calve, pero “las situaciones abusivas, sobre todo en niños o adolescentes, son largas en el tiempo” y “generalmente hay un plazo de tiempo en el que se transita por el abuso sin que se pueda verbalizar”.

Mizrahi señaló que en la mayoría de los casos el abuso sexual se da en el entorno familiar, por lo que “hay una desacomodación muy grande del hábitat de las víctimas, porque primero tienen que pasar por el relato de lo que sucedió -que no es nada sencillo – y luego pasan a vivir en otras circunstancias”. Además, Mizrahi indicó que se trata de hechos extremadamente traumáticos en la vida de los niños y los procesos terapéuticos pueden llegar a ser muy largos.

“Muchas veces se habla de consentimiento, pero nadie puede consentir algo que no elige. Uno consiente algo que tiene posibilidad de elegir, y en estos casos definitivamente siempre hay una relación de poder fuerte que no deja consentir. La naturalización que muchas veces se tiene en algunas familias donde existen estas relaciones de poder, donde unos abusan de otros, y las niñas o los varones lo ven como algo natural porque hace mucho tiempo”, dijo Mizrahi y destacó que “la culpa no es del que ha sido vulnerado, si no que es de los agresores” y que muchas veces “el mido o la culpa impiden salir de ese circuito de violencia”.

Según los datos recavados por el Sipiav la mayoría de los abusadores tienen entre 30 y 45 años. Según Mizrahi este caso “plantea un desafío” porque “hay que trabajar con estos adolescentes de 16 años, que son abusadores, (…) desde el punto de vista terapéutico su violencia y lo vincular para que una vez que salgan de su condena puedan tener un funcionamiento en la sociedad sin que esta situación se vuelva a repetir”.

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