Se estima que hay unos 300 façoneros de pollos, con una superficie promedio de 5 hás.

La producción avícola “tiene cambios tecnológicos muy rápidos, si las condiciones económicas lo permiten”, que son “fácilmente asimilables”, señaló en Carve el Dr. Juan Salles, productor façonero en el departamento de Canelones, en la zona de Cañada Grande.

“Los avances genéticos que se están produciendo son impactantes, prácticamente es una de las especies de producción animal que tiene mayores avances genéticos”, afirmó Salles, que es médico veterinario.

Enfatizó en El Mercado Agropecuario que “en producción en general, pero en producción animal se piensa con la cabeza y se decide con el bolsillo”, y que “antes podíamos llegar a tener una conversión de 4 a 1 y hoy prácticamente andamos en 1,8-1,7 kilo de ración para obtener 1 kilo de peso vivo”.

Dijo que, “después de los peces, prácticamente es una de las especies animales manejadas por el hombre de mejor conversión” y que “es un animal que con 40 y pico de días ya está pronto para la faena”.

Respecto a la cantidad de façoneros, expresó que “se estima que no superan los 300” y que “prácticamente el promedio” de las superficies explotadas es de cinco hectáreas, según estudios realizados por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).

El Dr. Salles resaltó el carácter de “producción familiar” del sector, “lo cual lleva a una cantidad de connotaciones en cuanto al arraigo del productor y la familia al medio rural”.

También subrayó que la producción avícola uruguaya “tiene trazabilidad”, algo que es “poco conocido”. Explicó que “no es una trazabilidad individual” como en el caso de los vacunos, pero “es una trazabilidad grupal, colectiva”, por establecimiento.

“Cuando el pollo ingresa a la granja ya se sabe de qué grupo dentro de la incubaduría vino. Y ahí se sabe la trazabilidad, cuáles fueron sus padres” y “todo el proceso que llevó en la granja hasta que terminó en el frigorífico”, indicó el médico veterinario y productor.

Los façoneros reciben el pollo con una planilla que fue comunicada electrónicamente a la oficina correspondiente del MGAP y, “cuando el pollo está saliendo y está llegando al frigorífico, ocurre lo mismo. O sea que eso tiene una connotación sanitaria y por supuesto que económica”, sostuvo Juan Salles.